Mi Hijo Dejo De Hablar, ¿Será Mutismo Infantil?
- Solo Comidas Para Bebes
- 2 jul 2024
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Todos los seres humanos tenemos tiempos distintos para la adquisición del lenguaje y se considera normal la adquisición de determinadas capacidades dentro de un cierto rango de tiempo, hacemos claridad que las niñas suelen ser más precoces que los niños, mira aquí los ciclos del desarrollo del lenguaje de los niños(as), son aproximados.
Desde el nacimiento hasta los 3 meses el bebé gorjea, llora de distinta manera según sus necesidades y presenta una sonrisa social, esos son los comienzos, los primeros ensayos para comunicarse con quienes lo rodean.
De los 4 y los 6 meses suelen continuar con el gorjeo y agregan balbuceos, utilizando sonidos de sílabas que se parecen al habla y también emiten sonidos para expresar placer o disgusto.
Desde los 7 meses y hasta el año el balbuceo se acompaña con emisiones sonoras más largas, mientras que comienzan a utilizar sonidos y gestos para mantener la atención, hacia el final del período comienzan a observarse imitaciones imperfectas del habla e incluso alrededor del año aparecen las primeras palabras, usualmente mamá y papá.
A partir del año y hasta los dos años incorporan cantidad de nuevas palabras, amplían la cantidad de letras a utilizar correctamente, comienzan a hacer preguntas simples y son capaces de utilizar frases de dos palabras.
Entre los 2 y los 3 años consiguen articular frases referidas a lugares, cosas y acciones familiares, al tiempo de que son capaces de nombrar objetos que no están al alcance de su vista, utilizan correctamente palabras para referirse a posicionamiento (en, dentro, detrás, debajo, etc.), imitan sonidos de aviones, autos u otros al jugar, comienzan las preguntas del porqué, aparecen las combinaciones de tres palabras y se les entiende todo lo que hablan.
Entre los 3 y los 4 años, son capaces de responder preguntas sencillas sobre quién, qué y dónde; pueden rimar palabras; comienzan a utilizar pronombres; empiezan a utilizar el plural; arman preguntas con cuándo y cómo.
Para los 4 y los 5 años son capaces de utilizar todos los sonidos del lenguaje, saben expresar letras y números, es factible que cuenten cuentos breves, pueden ya mantener conversaciones relativamente largas.
Has visto esta frase "mi hijo dejo de hablar, ¿será mutismo infantil?, que es una condición en la cual un niño puede hablar, pero deja de hacerlo súbitamente.
Tipos y causas
Mutismo neurológico
Se da por causas neurogénicas, en las cuales la ausencia de lenguaje se atribuye a algún daño producido en el cerebro. En este caso, el mutismo puede ser de corta duración o prolongado y estático o progresivo, dependiendo de la región cerebral afectada y de la dimensión del daño.
Entre los factores que pueden reputarse como causales más frecuentes se hallan las cirugías del cerebro, los daños por golpes, las convulsiones, enfermedades del sistema nervioso (incluidas las infecciones), la demencia y la que pueden producir algunos medicamentos. También es posible que sean efecto de algún otro trastorno de la palabra, como la afasia, la apraxia y la disartria. Mutismo adquirido: tiene dos variantes
Mutismo total: Se da cuando se da una desaparición absoluta del lenguaje hablado, la que puede producirse en forma gradual o repentina, que se considera la variable más grave, y que suele deberse a trastornos psiquiátricos o emocionales.
Mutismo selectivo: Que se describe como el habla inhibida del niño pero solamente ante determinadas situaciones sociales o personas extrañas, entre otras, aunque la comprensión se halla preservada.
Respecto de esta última subclase, algunos trabajos especifican aún más, y lo dividen en:
Selectivo de personas: Solamente les hablan a unas pocas de su plena confianza.
El idiomático: Afecta a niños de familias inmigrantes con diferente lengua, que, pese a comprender perfectamente la nueva, se niegan a hablarla.
El de situaciones: Únicamente hablan en su hogar y en otros ámbitos específicos.
Aunque mayoritariamente se da en la infancia, este mutismo puede aparecer a edades mayores y no debe confundirse con la timidez que muchos niños(as) pequeños pueden manifestar, sino que se trata de una problemática que, de no ser tratada, puede persistir a lo largo de toda la vida, complicando seriamente la vida de relación, las posibilidades académicas, las sociales y las laborales.
Las causas más frecuentes que se citan para su aparición son:
estrés
cambios repentinos en la vida
sentirse amenazado
Los factores que disparan este trastorno son:
historial de ansiedad
timidez extrema
desórdenes de tipo sensorial
problemas serios de audición
trastorno obsesivo-compulsivo
entornos bi o poli lingüísticos, depresión
reducidas posibilidades de interacción social, entre otros
También existen otras situaciones que pueden provocar mutismo:
Los defectos de los órganos del habla y los periféricos, pueden ser una causa (fisura palatina, frenillo corto, problemas de adenoides, etc.).
Déficit auditivo y visual: el oído en condiciones es un requisito fundamental para desarrollar el habla, en caso contrario, esta se alterará.
Déficit visual: El niño pequeño observa e imita los movimientos de la boca de los demás cuando le hablan y si no ven bien pues no aprenderá.
La capacidad intelectual es otro factor que puede incidir, dado que pensamiento y lenguaje van juntos.
Los retrasos de crecimiento causados por la prematuridad o mal nutrición hacen que el desarrollo psicomotor se retrase, lo que afecta el desarrollo del lenguaje.
La influencia negativa del entorno como hogares donde se les ofrece muy la baja estimulación del habla.
Los conflictos familiares son otra fuente importante de mutismo, sobre todo cuando estos son persistentes.
La sobreprotección de los padres, puede hacer que un niño hable poco o no hable sino con un número muy limitado de personas.
Entornos violentos donde en menor es maltratado y no valorado.
Los trastornos del espectro autista y otras condiciones similares pueden ser otra de las causas del mutismo.
Los abusos y el bullying son otras fuentes posibles.
Recuerda que estas son pautas generales, siempre es aconsejable consultar con un pediatra es caso de que tengas dudas a cerca de este tema.
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