Esos Terribles Dos Años De Tu Bebé

El niño de dos años puede presentar comportamientos inadecuados para los padres durante su proceso de desarrollo, como patadas , destruirlo todo , desobedecer y responder de manera inapropiada , pero estos comportamientos son normales, transitorios y su resolución depende de la firmeza, comprensión y actitud de los adultos.

Según la teoría del desarrollo de Erickson, estos comportamientos suelen aparecer durante la etapa de autonomía frente a duda e incertidumbre, durante la cual el niño ya ha avanzado y se siente dueño del mundo. Él o ella quiere saberlo todo, explorarlo todo, hacer todo solo, se viste solo, come solo, pero tiene dudas y tiene miedo de fallar. Durante esta fase, escucha a los adultos que caminan a su lado decir "no" a todo: no tocar, no coger, etc. No, No, esas son las palabras que tienden a irritarlo más, y también lo frustran porque él desea conseguir todo lo que quiere.

Además, se confunde acerca de lo que quiere hacer, porque no puede o no se le permite hacer. En esta situación, las figuras parentales de la madre y el padre se definirán como símbolos de autoridad que imponen reglas y límites, lo que hace que se sienta incómodo. Por ejemplo, un niño de dos años que quiera curiosear con la tomacorriente y explorar esos huequitos misteriosos, pero debe abstenerse de hacerlo "porque mamá lo dice" .

La etapa de confianza básica de los 0 a los 24 meses, que precede a la etapa de certeza vs. incertidumbre de los 2 años es crucial porque durante ella si sus padres han suplido todas sus necesidades, han hecho que él o ella se sientan amados y les han enseñado a tener confianza en sí mismos y en los demás, cuando el niño llega a esta etapa, puede aceptar más fácilmente los límites que se le establecen, que son necesarios, pero deben ser adecuados a sus edad.

Durante esta etapa al niño debe dársele la oportunidad de que haga todo lo que quiera, y pueda hacer en el momento y sitio en que quiera hacerlo, pero con unos límites claros y firmes, como parte de la formación para vivir en sociedad . Naturalmente, es posible, y también necesario, que tenga que saborear la frustración, porque aunque se debe favorecer en todo momento su autonomía, esta debe guardar equilibrio con la autoridad que deben ejercer los padres y que él debe respetar.

Los límites

Se requieren normas en todas las etapas del proceso de crecimiento, sin embargo, estos deben ser apropiados para la edad del niño y estar coordinados con él, deben ser claros y útiles para el niño, además deben explicar las consecuencias de no seguir las reglas. Los límites deben establecerse para que se respeten en el momento apropiado y por todos aquellos que ayudan al niño en el proceso de desarrollo.

Los plazos deberán ser cumplidos en el momento oportuno y por todos aquellos que estén acompañando al niño durante el proceso, las reglas deben repetírsele al niño porque su memoria es mala a esta edad y puede olvidarlas fácilmente .

Es necesario informar al niño sobre las consecuencias del incumplimiento de las reglas, pero no es necesario amenazarlo, la diferencia es que cuando se anuncia se cumple, mientras que cuando se amenaza no se cumple, por ejemplo, recuerda que si golpeas a tu hermano, no vas al parque, recuerdas que te dije que si golpeabas a tu hermano no ibas al parque, como lo hiciste no iras al parque.

Las normas deben aplicarse, sin malos modales ni malas palabras, y deben ir acompañadas de un lenguaje gestual, que muy importante para el niño a esta edad entienda claramente: por ejemplo , decir " eso no lo toques " pero acompañándolo con un mirada o gesto apropiado. Piensa en cómo se siente, y hablarle a su altura para que vea tus ojos, te puedes poner de cuclillas.

Los niños aprenden con el ejemplo, por lo cual los padres deben comportarse conforme a las reglas que le fijan al niño, las inconsistencias y contrariedades entre lo que el niño oye y ve, lo confunden y no le permiten adquirir la seguridad de qué es lo que debe hacer o cómo debe comportarse.

Los adagios como “hijo de tigre sale pintado” y “la oveja por la lana y la hija por la mamá”,son utilizados para justificar o reprobar actitudes y comportamientos de los niños, sin que los padres reconozcan que el niño actúa así porque lo ve, lo aprende y lo imita, no lo adquirió pretender hacer creer que es por herencia o genética.

Las normas deben ser pocas, para no saturar al un niño con muchas exigencias terminan por confundirlo o que pueda llegar a sentir temor de hacer cualquier cosa, porque todo le está prohibido. Por eso muchos “No, se pueden cambiar por alternativas como, Mejor hagamos esto.”

El refuerzo de las conductas positivas, el estimularlo con palabras, con un beso, por haberse portado bien, por no haber hecho pataletas, el hacerle saber al niño, lo mucho que lo queremos y lo orgullosos que estamos de él son premios más valiosos y formativos, porque le afianzan la seguridad y confianza en esa autoridad amada.

Se deben establecer prioridades de comportamientos inadecuados para corregir primero los que sean más frecuentes o persistente e inaceptables, así concertar con la pareja y el niño un plan de acción conjunta para eliminar esa conducta problema.